Este post, además de cubrir uno de los contenidos obligatorios del blog, sirve para plasmar las maravillas que pueden hacer unas estudiantes para desconectar de las tareas académicas. De ahí, que esta entrada va a ir dedicada a mi compañera de piso, pues, aunque sea la elección de una fotografía, esta captura es gracias a ella, ya que se trata de un producto hecho por NOSOTRAS, con las sobras de hojaldre de un quiche.
Al observar la imagen podemos pensar que se trata de un simple pan, sin ninguna particularidad, pero NO es así. Porque esta instantánea tiene un punto común con las obras de arte. Sus dimensiones son elegidas para sorprender al espectador, como hizo Courbert en el “Entierro en Ornans”. Pues si observamos una segunda foto, en la que nuestro “pan” está acompañado de un simple mechero de toda la vida, nos impacta el tamaño verdadero de nuestra elaboración.
En conclusión, el arte, o mejor dicho, los recursos utilizados en arte, pueden estar presentes en nuestras vidas sin que nosotros nos percatemos de ello. Como hemos podido observar en esta imagen, en la que tamaño del objeto en relación con el del lienzo engaña a la vista, haciéndonos pensar que se trata de un pan de tamaño real, como hacían los artistas barrocos con la utilización del TRAMPANTOJO.
buhócratas 
Bueno, bueno, has conseguido emocionarme con ese pequeño gran «pan». Mil puntos por la entrada.